HISTORIAS IMPACTANTES
Cada búsqueda es única, pero todas comparten la misma fuerza: el deseo profundo de conocer la verdad.
En esta sección reunimos testimonios de personas que se animaron a contar su recorrido en la reconstrucción de su identidad. Son relatos de dolor, esperanza y reencuentro, que nos recuerdan que nadie está solo en este camino.
Descubrí estas historias que inspiran y acompañan.
Cada búsqueda es única, pero todas comparten la misma fuerza: el deseo profundo de conocer la verdad.
Descubrí estas historias que inspiran y acompañan.
Mónica Graciela Marchegiani, actualmente de 67 años, tenía 14 cuando dio a luz en 1972.
En ese entonces, Mónica vivía en La Pampa y quedó embarazada de su novio, Juan Domingo Bustamante (hoy de 70 años). Cuando su madre se enteró, la envió a vivir a Buenos Aires con su prima Liliana Legorati, en el barrio de Villa Luro, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Su hermana mayor, Silvia Cristina Marchegiani, la acompañó a la casa de una partera en Devoto o en sus alrededores para hacerse “un control”. Allí, a Mónica la durmieron y le indujeron el parto. Recuerda que su embarazo estaba a término. Al despertar, la partera le dijo: “Tu hijo no vive”. Nunca le entregaron un certificado ni pudo ver el cuerpo del bebé.
En 2024 decidió comenzar la búsqueda, acompañada por su familia. “Hablé con mis hijos y ellos lo recibirán como a su hermano. Yo sé que Dios me dará la bendición de encontrar a mi hijo o hija.”

Mónica Graciela Marchegiani
Busco a mi hijo/a nacido en 1972 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Silvia Leiva, de 48 años, actualmente reside en la ciudad de Viedma, Río Negro. Busca a su hijo, quien le fue arrebatado de los brazos al nacer en el Hospital Eva Perón de la ciudad de Granadero Baigorria, provincia de Santa Fe.
El bebé nació el 5 de octubre de 1993 y fue dado por muerto. Silvia cuenta con los resultados de su ADN alojados en la plataforma MyHeritage.
“Hijo, no paro de buscarte. Quiero que sepas que jamás te abandoné: fuiste mi primer hijo, el más esperado”.

Silvia Leiva
Busco a mi hijo/a nacido en 1993 en Santa Fe.
Celeste Peri fue adoptada en 1992 en San Carlos de Bariloche por Marta y Carlos, y en
1998 también adoptaron a su hermana. Creció con la certeza de ser adoptada y con la
libertad de buscar a su familia biológica si así lo deseaba, aunque durante muchos años
no sintió la necesidad.
A los 26 años de edad, una confesión de su madre adoptiva marcó un quiebre: le reveló
que había sido abandonada en la puerta del Hospital de Bariloche dentro de un bolso.
Ese dato generó enojo y distanciamiento. El tiempo pasó, se mudó a Catamarca, y en
2021, durante su embarazo, la pregunta sobre sus antecedentes familiares despertó con
fuerza la necesidad de conocer sus orígenes.
En 2023, al solicitar su partida de nacimiento, descubrió irregularidades: figuraba como
hija biológica de sus padres adoptivos y aparecía un número vinculado a un expediente
policial. Luego, tras la muerte de su madre adoptiva en 2024, encontró documentación
que revelaba la verdad: el 25 de mayo de 1992, con apenas 10 horas de vida, había sido
hallada en un bolso negro junto a la ambulancia del hospital, envuelta en una toalla y
con cuidados básicos tras el parto.
Ese hallazgo impulsó su búsqueda. Se contactó con la Asociación Civil Identidad
Biológica, donde recibió acompañamiento y apoyo.
“Conocí a Ale, una mujer que se convirtió en un gran sostén en mi búsqueda. Fue ella
quien revisó nuevamente mis resultados de ADN y descubrió una coincidencia
significativa: una prima segunda. A partir de allí, el camino de preguntas se transformó
en un recorrido compartido, lleno de esperanza y nuevos vínculos”.

Celeste Peri
Busco mi familia biológica, nací en 1992 en San Carlos de Bariloche.
Lorena, de 47 años, nació el 6 de enero de 1978 en Uruguay. Desde pequeña sintió que
había algo extraño en relación a su nacimiento y a su padre. Tenía dos hermanas, con
notorias diferencias físicas en relación a la suya, así también observó que su
documentación era irregular, ya que recién obtuvo su partida de nacimiento y
documento cerca de los tres años de edad. Cuando tenía 15 años se animó a preguntarle
a su madre por su padre. La respuesta fue agresiva y evasiva, lo que le generó angustia y
un gran vacío evitando hablar del tema durante años.
A los 44 años, en el año 2022, su madre le contó que debía hacerse una prueba de
filiación mediante el análisis de ADN en una prueba de sangre porque existía la
posibilidad de que su padre de crianza no fuera su padre biológico. Finalmente, los
análisis confirmaron esa verdad.
“Después de creer que no podía encontrar ningún otro dato acerca de mi padre biológico
conocí Identidad Biológica quienes me ayudaron y hoy mi búsqueda continúa, estoy
muy agradecida por todo lo que hicieron”

Lorena Ranero Piñeyro
Busco mi padre biológico, nací en 1978 en Uruguay.